Nuestro aceite es el legado de más de cuatro generaciones que han dedicado su vida al cultivo del olivar en pleno corazón de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas. Desde 1865, la historia que forjaron nuestros antepasados permanece íntimamente unida al entorno del Parque Natural, donde el Guadalquivir desde su nacimiento va abriéndose camino a través de los montes y el silencio de esta tierra virgen llena de vida y riqueza.
La mayor herencia de nuestros antepasados quedó enterrada en este lugar, donde crece el olivar que nos han enseñado a amar a través de los siglos y que se ha convertido en una parte fundamental de nosotros, en la esencia misma del aceite que hoy cultivamos y que lleva en el verde de su color la impronta imborrable de la esperanza de nuestros ancestros, que un día decidieron dar forma a sus sueños en torno a un molino que abrazan las montañas del Estrecho de la Hoz.
Damajuana es el recuerdo del aceite que antaño se comercializaba en este paraje natural, donde nuestros ancestros utilizaban este recipiente tradicional – usado también en la industria de la conservación del vino – y que junto a las cantarás se utilizaba para embotellar y cargar en mulos por los caminos de la sierra el oro líquido que obtenían del trabajo en el molino. Es, además, un homenaje a la figura de la mujer, parte sustancial del arduo trabajo en el olivar, y, particularmente, un tributo a la vida de Juana Gómez que supo trasmitir a sus herederos el amor al producto de nuestra tierra hasta el final de sus días. Fueron sus largas horas en la Venta Desideria, donde se comercializaba el aceite del molino, las que construyeron el precioso legado que hemos recibido de sus manos y que nuestros abuelos han hecho llegar hasta nuestros días.
Aceite Damajuana nace como el proyecto fin de carrera de uno de los herederos de la cuarta generación de una familia dedicada al cultivo del olivar en las laderas del Alto Guadalquivir, en pleno corazón de Jaén.
Este proyecto toma vida gracias a la empresa familiar Hijos de Gabino Paco S.L., que ha hecho realidad la producción de un Aceite de Oliva Virgen Extra de categoría superior. Un homenaje al fundador, Don Gabino Paco Gómez, hijo de Juana Gómez y heredero de estas tierras. Desde joven, Gabino trabajó en el histórico molino de Los Estrechos de la Hoz, antes de su cierre en 1955. Su amor y dedicación por el olivar fueron el motor para crear una empresa que, más de 50 años después, sigue apoyando y trabajando mano a mano con los agricultores de la zona.
Cada botella de Aceite Damajuana lleva el legado y la pasión de generaciones que han cuidado y mimado esta tierra en la Sierra de Jaén, haciendo de nuestro AOVE un tributo vivo a sus raíces y a la excelencia de esta tierra única.
